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sábado, 9 de febrero de 2013

7 razones para NO estudiar PSICOLOGÍA.

Por Alexia Indira
  1. Los objetivos profesionales para la formación académica que se plantean en su perfil institucional no satisfacen las demandas del mercado laboral ya que básicamente  trazan una ‘capacitación en sistemas, modelos, métodos y técnicas para trabajar   en el desarrollo social (nótese la ambigüedad), educación (nótese la ambigüedad), salud mental (nótese la ambigüedad), recursos humanos (nótese la ambigüedad)  y producción (nótese la ambigüedad). y pues, es sabido que existen otros profesionales que trabajan en estas áreas también  hecho que ya después suscita limites difusos en el rol que asume el psicólogo en el lugar que desee desempeñar su profesión, así como le quita oportunidades de trabajo
  2.  Los objetivos profesionales para la formación académica que se plantean en su perfil institucional no satisfacen las demandas de la población estudiantil ya que  al esbozar una enseñanza teórico práctica (¿) solamente en  tres áreas específicas (aunque en papel afirme que lo hacen en cinco): educativa, social y clínica  obvia una  amplia gama (además creciente) de especialidades, y una de ellas (la más interesante para el estudiante que no quiere dedicarse a áreas educativa  y social) la de terapia,  se menciona de forma suscinta solamente en materias de clínica.
  3.  Si aún con los dos puntos anteriores creemos que estudiar 4 años y medio vale la pena, es necesario explicitar que si bien estos objetivos  profesionales para la formación académica son concretos y derivan en 7, ninguno de estos ha visto cumplimiento- ni por si acaso- desde que fuesen escritos por los encargados de hacerlo. Hecho que deriva en una situación funesta (para cualquier persona realmente interesada en ser un profesional comprometido consigo mismo y con su sociedad) ya que el no saber qué y cómo  hacer con la información acumulada en toda una carrera universitaria es embarazoso cuando se requieren sus servicios. 
  4. El pensum, que es la guía de materias y niveles en los que se fragmenta  la carrera, está lacónicamente madurado, lo cual salta a la vista de cualquier estudiante de primer año que no entiende cómo es que estadística se cuela como materia, o de tercer año que presenta problemas para cursar materias de cuarto año ya que según esta guía, no se puede pasar al área práctica sin dominar la teoría, o aquel estudiante de quinto año que considera que algunas materias deberían haberse llevado en niveles inferiores y otras hasta infringen de innecesarias 
  5. Los contenidos mínimos de materia, fueron desarrollados por los fundadores de esta carrera, y si uno los lee detenidamente, efectivamente son el resultado de un arduo trabajo (ojo, en las tres áreas especificadas en los primeros puntos) pero al parecer aquello es una situación que no merece la atención de los que los imparten, ya que decididamente ningún docente sigue tales contenidos, algunos no siquiera parecidos. Entonces el estudiante de cualquier nivel se ve siendo instruido (no educado) en competencias que no tienen congruencia con estos contenidos, competencias que con algunos docentes son prácticas y con otros teóricas, aún si están cursando la misma materia pero en diferentes paralelos. 
  6. La calidad de enseñanza de los docentes va ‘in decrescendo’ mientras florecen los años, con alguna que otra excepción, pero en general cuando se supone que el proceso de enseñanza aprendizaje alcance niveles más especializados y complejos el estudiante de psicología se ve aprendiendo (y reaprendiendo) contenidos que ya había interiorizado y se ve obviando, sin querer, lo que se supone debería aprender. Y, lo más importante el estudiante se enfrenta con un  menoscabo de recursos y conocimientos pedagógicos en sus docentes a la hora de enseñar. 
  7. Se supone que debemos desarrollar nuestras  capacidades en un marco de  'valores éticos y de compromiso para lograr el mejoramiento del hombre boliviano y la sociedad' como bien dice el perfil institucional. Pues bien, de seguro ningún docente de esta carrea podría  hablar de ética cuando descaradamente decide como  evaluar a sus estudiantes tomando parámetros como el partido político, su servilismo, su parentesco con autoridades o personas importantes y/o sus ofrecimientos monetarios y sexuales. Menos aún podría parlamentar sobre su ‘compromiso para lograr el mejoramiento del hombre boliviano’, cuando ni siquiera es capaz de comprometerse con su labor vocacional (porque enseñar es más que una profesión, es una vocación).